Juegos Olímpicos de invierno ¡En manga corta!

     Se acabó la temporada de nieve 2013/2014 en gran parte de Europa con un gran balance de precipitaciones de nieve y, por tanto, una gran afluencia de aficionados a las estaciones de esquí. Pero ¿y si esto dejara de ser así? Según las previsiones, en 2080 sólo la mitad de las sedes olímpicas de invierno podrían albergar de nuevo unos juegos olímpicos. Así de tajantes son las conclusiones que se deducen del estudio que científicos de la Universidad de Waterloo (Canadá) han llevado a cabo, y que más adelante ampliaremos. 

     Recientemente se han celebrado los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi (Rusia) situada a unos 1.300 km al sur de Moscú y a unos 100 km del Cáucaso. Al igual que Vancouver (Canadá), sede olímpica en el año 2010, se trata de ciudades costeras que, por lo general, tienen una temperatura más agradable. De hecho, Sochi ha sido la sede con la temperatura media más alta de los últimos 20 años, llegando a alcanzar algunos días temperaturas próximas a los 18ºC, como se indica en este artículo publicado por The Wall Street Journal.      

     Muchos atletas se quejaron del estado de la nieve -Shaun White se quejó del estado del halfpipe, por ejemplo- y, como hemos podido observar, grandes favoritos en las distintas modalidades se quedaban fuera a las primeras de cambio por caídas que fácilmente se pueden achacar al estado de las pistas. Algunas pruebas, como el sprint del esquí de fondo, se decidieron finalmente en su resultado competitivo por el estado de la superficie, que dio lugar incluso a múltiples caídas.

     En un evento de estas características nada se deja al azar, mucho menos en un clima subtropical como el de Sochi, en el que un ejército de cañones de nieve (concretamente 450) trató de mantener las pistas en las mejores condiciones. Del mismo modo, la organización tenía guardada bajo mantas térmicas más de medio millón de metros cúbicos de nieve en caso de emergencia, además de otros dispositivos como radares y estaciones meteorológicas (Gizmodo). Sorprendidos por las altas temperaturas en Sochi, el estudio de la Universidad de Waterloo antes mencionado, junto con el Management Centre Innsbruck (Austria), refleja que, siendo optimistas, sólo 11 de las 19 ciudades anfitrionas podrían volver a repetir como sedes olímpicas a finales de siglo. Detalle que, de ser cierto, pondría en jaque la herencia olímpica.     

     Como muestra, os dejamos este gráfico en el que se aprecia qué sedes olímpicas podrían o no optar a organizar de nuevo en un futuro unos JJOO de invierno, siempre y cuando los datos de emisiones sigan en los niveles de previsión…

No hay comentarios:

Publicar un comentario